Conflicto y deporte: la mediación preventiva como inversión de futuro
El pasado 23 de septiembre de 2025, tuve el honor de participar como ponente en la jornada “Conflicto y deporte: prevenir a través de la mediación”, organizada por la Sección de Métodos Alternativos de Solución de Conflictos (MASC) del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), junto a compañeros: Amparo Quintana García, José Emlio Jozami y Jose Manuel Malpartida. Un encuentro que reunió a juristas, mediadores y profesionales del deporte con un objetivo claro: reflexionar sobre la necesidad de integrar la mediación en la gestión deportiva, no solo como mecanismo de resolución de disputas, sino como herramienta preventiva y transformadora.
Comparto algunas reflexiones que compartí:
El deporte: espacio de valores, pero también de conflictos
Durante mi intervención, lancé al público dos preguntas sencillas:
-
¿El deporte es un espacio natural de paz, valores y juego limpio?
-
¿O es también un escenario donde surgen conflictos a diario?
La respuesta es evidente: ambas son ciertas. Esa dualidad es la que nos obliga a repensar cómo gestionamos los conflictos en el ámbito deportivo. Porque aunque el deporte transmite valores y fomenta la convivencia, también puede convertirse en un campo de tensiones que, si no se gestionan, derivan en violencia.
Normativa y funciones de la mediación
La Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte de la UNESCO, la Carta Europea del Deporte de 1992y la Ley 39/2022 del Deporte en España reconocen tres pilares esenciales:
-
El deporte abarca toda actividad física.
-
Genera relaciones sociales.
-
Transmite valores educativos.
Estos tres elementos encajan con las funciones esenciales de la mediación:
-
Restauradora: reconstruye relaciones y previene conflictos futuros.
-
Educativa: enseña habilidades de comunicación y fomenta la convivencia.
-
Interventiva: gestiona conflictos cuando surgen.
La Ley 27/2005 de fomento de la educación y la cultura de la paz lo confirma: educar en valores y contar con mecanismos adecuados para transformar el conflicto es una obligación social.
Sin embargo, la actual Ley del Deporte, en su artículo 119, sigue entendiendo la mediación desde un prisma intervencionista, centrado en acuerdos puntuales. Falta un hilo conductor que integre la mediación preventiva en las estructuras deportivas.
Algunos ejemplos reales de mediación preventiva en el deporte
En mi exposición compartí varios proyectos y experiencias que demuestran que esta visión preventiva no solo es posible, sino que ya está dando resultados:
-
Escuela de fútbol base (2014): pasó de un modelo reactivo a uno formativo y preventivo, con convenio con la Universidad Complutense de Madrid para que alumnos en prácticas detectaran y analizaran conflictos en las gradas.
-
Instituto Insular de Deportes de Gran Canaria: incorporación de protocolos de prevención en su gestión.
-
Clubes deportivos: inclusión de cláusulas de mediación en estatutos y convenios.
-
Real Federación Española de Balonmano: primera mediación en el deporte federado en España, un hito histórico.
-
Proyectos europeos: promoción de la mediación deportiva como motor de paz social.
Estos avances muestran que la prevención no es teoría, es práctica en marcha.
La mediación como “un buen seguro de incendios»
Utilicé una metáfora que resume bien la esencia de la mediación preventiva: un seguro de incendios.
Una organización que solo reacciona cuando hay problemas está apagando fuegos constantemente. En cambio, una que invierte en prevención evita que esos incendios se produzcan. Nadie cuestiona hoy la necesidad de un seguro de incendios porque garantiza seguridad. Lo mismo debería ocurrir con la mediación: es la garantía de una convivencia pacífica en el deporte.
Prevención: ¿coste o inversión?
Cité al jurista Diego Fierro Rodríguez, quien recordaba que la violencia en el deporte exige una respuesta institucional coherente, combinando sanciones con medidas educativas y preventivas. Como él señalaba:
“La violencia que algunos eligen exhibir tiene como antídoto la construcción de una cultura deportiva que priorice la paz, el respeto y la convivencia.”
De ahí la pregunta que dejé al público:
¿La prevención es un coste… o una inversión?
La respuesta a esta cuestión definirá el futuro de nuestras organizaciones deportivas.
Conclusión: éxito de una jornada necesaria
La jornada en el ICAM fue un éxito de participación y difusión. No solo permitió compartir experiencias, sino también reforzar la idea de que la mediación preventiva debe dejar de verse como un recurso de última hora. Debe convertirse en una estrategia de gestión diaria, transversal y estructural, al servicio de clubes, federaciones y escuelas deportivas.
El deporte merece seguir siendo un espacio de alegría, orgullo y convivencia. Y la mediación preventiva es la llave para lograrlo.